Fármacos parasimpaticolíticos.

Los fármacos parasimpaticolíticos son aquellos que bloquean los efectos del sistema nervioso parasimpático. Estos fármacos actúan sobre los receptores colinérgicos, que son los receptores que se activan por la acetilcolina, el neurotransmisor del sistema nervioso parasimpático. Algunos ejemplos de fármacos parasimpaticolíticos son:

• Atropina: es un fármaco que actúa bloqueando los receptores muscarínicos en los músculos lisos, glándulas y sistema nervioso central, produciendo efectos como la taquicardia, la midriasis y la disminución de las secreciones. Se utiliza en el tratamiento de la bradicardia, la hipersudoración y la enfermedad de Parkinson.

• Escopolamina: es un fármaco que actúa bloqueando los receptores muscarínicos en el sistema nervioso central, produciendo efectos como la sedación, la amnesia y la disminución de las secreciones. Se utiliza en el tratamiento del mareo y la náusea del viajero.

• Ipratropio: es un fármaco que actúa bloqueando los receptores muscarínicos en los músculos lisos de las vías respiratorias, produciendo una relajación y dilatación de los bronquios. Se utiliza en el tratamiento del asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

• Tiotropio: es un fármaco que actúa bloqueando los receptores muscarínicos en los músculos lisos de las vías respiratorias, produciendo una relajación y dilatación de los bronquios. Se utiliza en el tratamiento del asma y la EPOC.

Es importante destacar que el uso de fármacos parasimpaticolíticos debe ser supervisado por un médico y ajustado según las necesidades individuales de cada paciente. Además, es fundamental seguir las indicaciones del médico y tomar los fármacos solo cuando sean necesarios y según las dosis y duración prescritas. Los fármacos parasimpaticolíticos pueden tener efectos secundarios como sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento y retención urinaria.